la musica en el siglo 20 un recorrido historico

Viaje histórico por la música del siglo XX géneros y evolución

El siglo XX se encuentra marcado por elementos como el trauma, la fractura y la globalización, que a su vez han tenido un impacto significativo en el mundo de la música. Este arte ha experimentado una profunda transformación, alterando por completo su identidad.

Explorando la conexión entre nacionalismo y modernidad en la música del siglo XX

En la primera mitad del siglo XX, los Nacionalismos musicales se caracterizaron por dos aspectos que los diferenciaban de las escuelas nacionales del siglo anterior. En primer lugar, se basaron en un profundo y riguroso conocimiento de las fuentes folclóricas originales, evitando así las confusiones mencionadas en la Unidad 20.

En segundo lugar, la ruptura del sistema tonal tradicional, a través del Impresionismo o del Expresionismo, facilitó una actitud menos sumisa hacia las corrientes internacionales. A diferencia de los nacionalismos del siglo XIX, que se limitaron a adaptarse a las convenciones de las corrientes internacionales, los nuevos nacionalismos musicales desafiaron estas convenciones para poder desarrollar plenamente sus características distintivas.

En algunos casos, la inclusión de elementos del folclore más intransigente actuó como un motor importante para la renovación del lenguaje musical occidental.

La búsqueda de lo absoluto a través del dodecafonismo en la Unidad

La Serenata de Schönberg: una revolución musical

Después de un prolongado período de silencio creativo y en medio de los estragos de la Primera Guerra Mundial, en el año 1924, el compositor Arnold Schönberg presentó su aclamada obra Serenata op.24. En ella, dio vida a una técnica de composición completamente nueva y autónoma, cuya creación había sido cuidadosamente guardada en secreto por el autor. Según sus propias palabras, esta técnica estaba destinada a reemplazar el sistema tonal en tan solo unas décadas: el dodecafonismo.

Si bien este paso representa una iniciativa singular y atrevida, no fue el único intento de refundar y/o sistematizar el lenguaje musical occidental en aquel entonces. De hecho, forma parte de un movimiento más amplio dentro de las vanguardias musicales de entreguerras, en el cual también participaron muchos de los estilos neoclásicos (véase Unidad 28). Se trata de una corriente que buscaba transferir a los nuevos lenguajes la solidez otorgada en el pasado por el sistema tonal y las grandes formas musicales.

El siglo XX estuvo marcado por importantes avances tecnológicos relacionados con el registro, procesamiento y distribución del sonido. Estos cambios tendrían un profundo impacto en la producción musical y sacudirían los ecosistemas sociales y culturales involucrados. Se trata de una revolución de consecuencias equiparables a las que tuvo la adopción de la notación musical en su momento, y que desempeñaría un papel en la disolución del protagonismo del "compositor", en beneficio de otros actores como el "intérprete" (especialmente, el intérprete-improvisador) o la industria (fonográfica, radio, cine sonoro, televisión, etc.).

La Coexistencia del Modernismo y el Realismo Socialista en la Unión Soviética

La toma del poder por los bolcheviques de Lenin, tras la Revolución de Octubre de 1917, dio lugar a un período de agitación pero lleno de promesas en Rusia. Durante la época post-revolucionaria, la necesidad de los bolcheviques de forjar alianzas dentro de la sociedad rusa llevó, en 1921, a una vuelta parcial a la economía de mercado. Esto, junto con una serie de reformas agrarias y de alfabetización, impulsó una revitalización cultural en las grandes ciudades.

El cambio radical en la economía planificada en 1928, así como el inicio del terror a raíz de la Gran Purga de 1936, marcaron un drástico cambio de rumbo en la Unión Soviética que tuvo un impacto decisivo en el ámbito artístico y musical.

La evolución del sonido De la era del rock a la era electrónica

A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, la primera revolución del sonido (Unidad 30) tendrá un impacto cada vez mayor gracias a los nuevos formatos que surgirán, como el disco de vinilo (1948) y el casete (1963), y a la comercialización en masa de dispositivos como la televisión (1936) y la radio portátil (1954), así como los medios digitales como el disco compacto (1981) y Internet (1990).

De forma simultánea, surgirá una segunda revolución del sonido impulsada por la implementación de nuevas tecnologías en la producción musical, como la electrificación, la edición, la mezcla y la síntesis sonora tanto a través de medios analógicos como digitales. Esta revolución traerá consigo nuevos paradigmas sonoros que se vincularán con géneros musicales como el rock, el hip-hop y la música electrónica.

Era de los Mass Media Explorando la Composición en la Unidad



Tras la Segunda Guerra Mundial, surgieron en el Primer Mundo los años de prosperidad del estado del bienestar y una cultura de consumo. Los avances técnicos y los cambios sociales tuvieron un impacto significativo en la democratización del acceso a la música y en la aparición de nuevas formas musicales como el jazz, el rock o la disco, que desplazaron a la música clásica de su lugar predominante.


Paralelamente, la facilidad de grabación y producción musical gracias a la tecnología provocó una saturación en el mercado musical y una trivialización excesiva. La música se convirtió en un mero objeto de consumo, desprovisto de su autonomía artística y sometido únicamente a intereses comerciales. Los efectos de este fenómeno todavía son difíciles de evaluar en la actualidad.

La música popular de la década de Cuáles eran los sonidos del tiempo

Los años 20 marcaron un periodo de profundos cambios en la sociedad, la política y la cultura. La música fue uno de los aspectos más notables de esta época, experimentando una verdadera revolución. Entre los géneros que adquirieron gran popularidad en esa década se encontraba el jazz, originado en Estados Unidos y posteriormente extendido por todo el mundo.

El jazz se caracterizaba por ser un género musical en el que la improvisación y el swing eran fundamentales. Aunque había surgido a finales del siglo XIX, fue en los años 20 cuando alcanzó su máxima expansión. Los músicos de jazz eran verdaderos virtuosos de sus instrumentos y lograban transmitir una gran energía en sus interpretaciones.

Otro género musical muy presente en la década de los años 20 fue el blues, originario también de Estados Unidos, específicamente de los estados del sur. El blues se caracterizaba por letras melancólicas y una música melódica cargada de sentimiento. Sus cantantes eran verdaderos maestros en la transmisión de emociones, siendo capaces de conmover a cualquier audiencia con sus interpretaciones.

Expresionismo y contracultura en la música La esencia del underground en la UNIDAD

A comienzos de la era del siglo XX, dos naciones germánicas con características muy diferentes entre sí ejercían un gran dominio en los campos de la ciencia y la cultura a nivel europeo: El recién establecido Imperio alemán en 1871 y el antiguo Imperio Austrohúngaro, heredero del extinto Sacro Imperio Romano Germánico de la Edad Media. Las extensas redes de universidades y asociaciones científicas patrocinadas por ambas potencias fueron los espacios propicios para surgir algunas de las revoluciones científicas e intelectuales que marcarían el rumbo del siglo XX: Desde los avances en genética (gracias a Mendel) hasta la teoría de la relatividad (formulada por Einstein), pasando por los primeros indicios del pensamiento posmoderno (como el de Nietzsche), el psicoanálisis (creado por Freud) y la teoría...

El rápido ascenso del Imperio alemán como una gran potencia en la industria y la militarización a nivel global creó una sociedad llena de prosperidad y confianza en la superioridad de su cultura, y en la inevitabilidad histórica del progreso. En ese contexto, un grupo de músicos vieneses, liderados por Arnold Schönberg, desencadenaría una de las revoluciones más audaces del siglo XX: la ruptura total con el sistema tonal, conocida como atonalidad.

Síntesis musical francesa del siglo XIX

Después de décadas de búsqueda, la identidad musical francesa se consolidó en el siglo XIX (ver Unidad 22). Esta identidad, bautizada como Impresionismo por su similitud con el movimiento pictórico, logró equipararse en prestigio y modernidad con la tradición germánica poswagneriana, sin imitarla.

Esta síntesis musical puso en duda algunos de los pilares más firmes de la música occidental, como la armonía, la textura y la forma musical.

La Revolución estilística y cambio de actitud ante la creación musical

Como resultado de esta cuestionable síntesis, se produjo una revolución estilística que dio lugar a una profusión de tendencias y líneas de experimentación musical que resonarán a lo largo del siglo XX.

Pero también, este proceso provocó un cambio profundo en la actitud hacia la creación musical, que influenció a todas las vanguardias musicales del nuevo siglo. Consistió en cuestionar las premisas, tanto escritas como no escritas, que sustentaban la creación musical, como un paso previo y necesario para el desarrollo de la misma.

La Influencia del Serialismo Integral Durante la Guerra Fría

En la Introducción a esta Historia de la Música, se menciona el acelerado ocaso que ha experimentado la Segunda Edad de la música occidental en la segunda mitad del siglo XX. Esta era se caracteriza por la composición y transmisión de música mediante notación, en la que se divide el trabajo entre el compositor y el intérprete, y se reverencia en silencio en las salas de concierto.

Sin embargo, la expansión global de los medios de comunicación, la diversificación en la producción y distribución musical, y la democratización de la cultura, han tenido un fuerte impacto en las estructuras sociomusicales que sostenían los tradicionales escenarios musicales como teatros y salas de concierto. Estos espacios se están deslizando lentamente pero de manera inevitable de su posición central hacia regiones cada vez más periféricas en la escena cultural.

La época del acústico Explorando el sonido en la Unidad

La desaparición del muro de Berlín [1989] y la caída de las ideologías clásicas en favor del pragmatismo individualista típico del pensamiento débil o posmoderno, junto con la crisis económica de 2008, han revelado el gradual y silencioso deterioro de los cimientos sociales que habían sustentado la música clásica durante la segunda mitad del siglo XX.

De manera sutil, la sociedad se había ido alejando de ella -de la música, así como de sus escenarios y valores- incorporando poco a poco las premisas de la música de entretenimiento. Entre estas, la evaluación de la música según criterios de rentabilidad y éxito mediático estrictos. La creciente dependencia de la música actual de las tecnologías del sonido -incluidos los medios de comunicación- solo complica aún más cualquier previsión sobre el futuro de la música en el siglo XXI.

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