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Descubre la historia y leyendas del Castillo de Drácula en Rumania

Situado en Rumania, se encuentra el imponente Castillo de Bran (también conocido como Castelul Bran), una fortaleza medieval que atrae a numerosos turistas debido a la creencia popular de que fue habitada por Vlad Țepeș, la figura histórica conocida como el Empalador.

El enigmático y famoso Palacio de Bran

El Castillo de Bran, ubicado en Transilvania, es mundialmente conocido por su asociación con Vlad el Empalador (también conocido como Vlad Drácula), quien gobernó Valaquia en el siglo XV. Se le recuerda por su extrema crueldad durante las luchas por la independencia. Según cuenta la leyenda, Vlad Tepes utilizaba el castillo como residencia durante sus campañas militares, y se dice que allí torturó y asesinó a personas.

Pero más allá de estas oscuras historias, el Castillo de Bran ha sido convertido en un popular destino turístico, que atrae a viajeros de todas partes del mundo. Ofrece la oportunidad de sumergirse en la vida de la corte medieval y apreciar la belleza arquitectónica del castillo y su entorno. Además, está abierto para visitas turísticas, lo que permite explorar su interior y transportarse a la época en la que fue habitado.

Sin duda, una de las atracciones más destacadas de Rumania, el Castillo de Bran cautiva a los visitantes con su impresionante arquitectura medieval y su bien conservado estado, que le otorga un sentimiento de autenticidad. Ubicado a solo un paso de Brasov, en un hermoso entorno natural, es un lugar que no puede faltar en el itinerario de cualquier viajero que busque vivir una experiencia única y fascinante.

El relato de la fortaleza de Bran

Descubre el origen de este increíble castillo, también conocido como "El Castillo de Drácula" que inspiró al famoso vampiro de la historia. Aunque hoy en día es famoso por su nombre ficticio, su verdadero nombre es castillo de Bran y se construyó en el siglo XIII.

Este castillo, también conocido como "El Castillo de Drácula", inspiró al famoso vampiro de la historia. Sin embargo, su origen se remonta varios siglos antes de que el escritor irlandés Bram Stoker lo convirtiera en la morada de su personaje ficticio. Construido en el siglo XIII, este castillo medieval ha mantenido un estado de conservación increíble y se puede visitar para conocer su historia.

Aunque nunca fue atacado y careció de importancia militar, el castillo de Bran ha adquirido gran relevancia literaria gracias a su asociación con Drácula. Su aura aterradora lo ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de Transilvania y Rumanía. Tan impactante fue el personaje creado en torno a él, que aún hoy en día existen personas que creen en su existencia real.

La fortaleza de Bran y el enigmático Conde Drácula

¿Pero por qué el castillo de Bran, con su historia desprovista de fantasía, está tan estrechamente ligado a la figura de Drácula? La razón detrás de esto tiene su explicación.

Se dice que Bram Stoker, un apasionado de los castillos, investigó esta fortificación para encontrar inspiración para la morada de su famoso vampiro. Sin embargo, es importante destacar que el escritor nunca visitó Transilvania en persona.

Hay otro hecho curioso que rodea a esta leyenda. Se cuenta que la verdadera inspiración detrás del mito fue un personaje histórico: Vlad Tepes. Este príncipe de Valaquia, que vivió en el siglo XV, era conocido por ejecutar a sus enemigos mediante el empalamiento, lo que le valió el sobrenombre de "Vlad el Empalador".

A pesar de esto, no existe evidencia concreta que pruebe que Vlad Tepes vivió en el castillo de Bran. Se dice que simplemente pasó unos días en él. A pesar de ello, esta leyenda despertó la imaginación y creatividad del escritor para dar vida a su obra más emblemática.

Un viaje al pasado

La majestuosa fortaleza medieval de Bran, cuya construcción data del siglo XIV, fue erigida con propósitos militares y ha experimentado numerosas modificaciones a lo largo de los siglos. En el año 1920, las autoridades de la ciudad de Brasov obsequiaron el Castillo de Bran a la reina María de Rumania, en agradecimiento por su significativo aporte a la Gran Unión entre Transilvania y Rumania en 1918.

La reina María, con su visión y creatividad, transformó la fortaleza en el maravilloso castillo de cuentos que hoy podemos admirar. A pesar de todos los cambios, la construcción ha logrado preservar una gran cantidad de elementos de la arquitectura gótica medieval, lo que le otorga un aura mística y fascinante.

Al recorrer el castillo, los visitantes tienen la oportunidad de contemplar sorprendentes exposiciones de cerámica, trofeos de caza, antiquísimos muebles, armas y armaduras. Además, podrán acceder a distintas habitaciones, entre las que se destacan el dormitorio de la reina María, el del rey Fernando, la sala de música y la biblioteca, por mencionar tan solo algunas de las muchas estancias abiertas al público. Sin duda, una visita obligada es la terraza del castillo, desde donde se pueden deleitar con una espectacular vista de los alrededores.

Descripción e historiaeditar

Una impresionante fortaleza fue levantada alrededor de 1212 por los caballeros de la Orden Teutónica en este emplazamiento, tras su derrota en Tierra Santa y su posterior acogida en el Reino de Hungría. La arquitectura de este lugar, situado en la frontera entre Transilvania y Valaquia, es sin duda única.

Aunque la pequeña fortificación original fue destruida con el tiempo y sufrió el ataque de las hordas tártaras en 1241, la estructura actual fue construida por orden del rey Luis I de Hungría en 1377 y tenía como propósito principal el comercio.

El Castillo de Bran es mundialmente conocido por la creencia popular de que fue la residencia del famoso Vlad Drǎculea (más conocido como Vlad III el Empalador) en el siglo XV. Sin embargo, no hay ninguna evidencia que respalde esta teoría y, según la mayoría de las versiones, el Empalador solo estuvo dos días en el castillo, encerrado en un calabozo, durante su viaje hacia la prisión de Budapest mientras la región estaba bajo el Imperio otomano.

Tras la finalización de la Primera Guerra Mundial, en 1920 se firmó el Tratado de Trianon, por el cual la región de Transilvania fue cedida al Reino de Rumania. A raíz de esto, el castillo de Bran pasó a ser gestionado por las autoridades rumanas.

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¿Quién es realmente Drácula?
Aunque Drácula es un personaje de ficción creado por el escritor Bram Stoker, su origen tiene raíces en la realidad. La inspiración de Stoker fue Vlad Tepes, también conocido como Vlad el Empalador, un hombre real que gobernó Transilvania en el siglo XV.
Mientras viajas por esta tierra antigua, puedes sentir la presencia de Vlad y sus terroríficas hazañas, que han dado lugar a numerosas leyendas que aún hoy perduran.

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El siniestro Drácula mató a mil personas

Vlad Tepes vino al mundo en 1431 en Sighisoara, una de las más hermosas localidades que se pueden observar en el recorrido en auto por Transilvania. Antes de enfrentarse al Imperio Otomano y empalar con crueldad a sus oponentes -de ahí su sobrenombre de Vlad el Empalador-, el príncipe de Valaquia fue entregado como rehén junto a uno de sus hermanos a los otomanos en su época adolescente.

A su regreso tras años de exilio, Vlad Tepes descubrió que su padre, Vlad Dracul, había sido asesinado, y que a su otro hermano lo habían sepultado vivo después de quemarle los ojos. La venganza de Vlad Tepes fue sangrienta, cruenta, y se estima que ordenó la exclusión de alrededor de 100.000 personas, muchas de ellas empaladas de forma brutal.

En 1476, Vlad Tepes fue asesinado, aunque no se sabe con certeza si fue por miembros de su propia guardia o por sus enemigos. Lo que no admite duda es que los turcos se llevaron su cabeza como botín a Constantinopla.

La verdadera fortaleza de Drácula

A pesar de que el escritor Bram Stoker, quien nunca visitó Transilvania, seleccionó este impresionante castillo como el hogar de su personaje Drácula, la realidad es que Vlad el Empalador no tenía su residencia oficial en el castillo de Bran. Allí únicamente pasó dos noches encerrado por los otomanos. Sin embargo, durante tu viaje en coche por Transilvania, podrás ver otro de los castillos asociados con su nombre: el castillo de Poenari, que se encuentra en ruinas.

La fortaleza de Drácula que resulta una falsa ilusión

En la fascinante ruta en coche por Transilvania, se encuentra uno de sus enclaves más significativos y visitados en toda Rumanía: el castillo de Bran. Este lugar, rodeado de misterios y leyendas, se convierte en una parada obligatoria para los amantes de la historia y el terror.

La historia cuenta que el castillo de Bran era el hogar del sanguinario Vlad el Empalador, dando origen a una de las leyendas más difundidas sobre Drácula. Según esta leyenda, Vlad era un vampiro que habitaba en el castillo y se alimentaba de la sangre de los inocentes.

Aunque algunos afirmen que esta leyenda se popularizó gracias a la influencia del antiguo dictador Nicolae Ceacescu, quien creía que el castillo atraería a más turistas, lo cierto es que el castillo de Bran sigue siendo un lugar de gran interés tanto para locales como para visitantes extranjeros.

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