Cronos imagen monstruosa en mitología y arte el caso de Saturno y su hijo
La pieza artística conocida como Saturno, también llamada Saturno devorando a su hijo en el catálogo del Museo del Prado, es una pintura al óleo sobre revoco que formó parte de la ornamentación en los muros de la Quinta de Goya, propiedad adquirida por el famoso pintor en 1819. En consecuencia, esta obra es una de las Pinturas negras que componen la serie creada por Goya.
ANÁLISIS CRONOLÓGICO DE LA PINTURA DE SATURNO CONSUMIENDO A SU DESCENDENCIA
Los antiguos romanos se vieron fuertemente influenciados por la rica cultura griega, adoptando y adaptando varios de sus dioses. Uno de los más destacados fue Saturno, también conocido como Cronos en la mitología griega.
Saturno formaba parte de los 12 titanes, siendo el más joven y sanguinario de los hijos de Urano (el dios del cielo) y Gea (la diosa de la tierra). Con la ayuda de su madre, Saturno se rebeló contra su padre y lo castró con una aguda hoz, obteniendo así el control del universo.
Una vez deshacerse de su progenitor, Saturno se unió en matrimonio con su hermana Ops (nombrada Rea en la mitología griega), y juntos engendraron a seis de los 12 dioses y diosas que habitaban en el Olimpo.
Masacre de los indefensos
Considerado uno de los cuadros más impactantes dentro del mundo del arte, esta obra ha logrado perdurar a través del tiempo debido a su intensidad. Los artistas del barroco se dejaban llevar por escenas llenas de violencia y esta no era la excepción.
Análisis del cuadroeditar
< p> El misterio de Saturno, según Sigmund Freud, está asociado con el estado de ánimo melancólico y la tendencia destructiva, características que se manifiestan en las famosas Pinturas negras de Francisco de Goya. Con una expresión aterradora, el pintor nos muestra el horror antropófago de la boca abierta, el gigante envejecido y la masa amorfa del cuerpo sangriento de lo que parece ser su propio hijo.
< p> Esta obra no solo hace referencia al titán Cronos, que controla imperturbable el paso del tiempo, sino también a su papel como gobernante del séptimo cielo y patrón de los ancianos, un aspecto que Goya, como septuagenario, ya podía identificar en su propia vida.
< p> Según la teoría psicoanalítica, la acción de devorar a un hijo puede ser interpretada como una representación de la impotencia sexual, especialmente si se la compara con otra obra mural en la misma habitación, Judith y Holofernes. En esta pieza bíblica, la hermosa viuda judía, Judith, seduce y emborracha al viejo general asirio, Holofernes, mientras este se encuentra en guerra contra Israel, para luego decapitarlo.
El Saturno de Goya
El famoso pintor español Francisco de Goya revolucionó la leyenda del dios Saturno con cambios impactantes que infundieron aún más terror en la historia. Según el mito, Saturno devoró a sus hijos sin piedad, tragándolos enteros y dejándolos vivos en su estómago. Inspirado por la obra del pintor flamenco Peter Paul Rubens, pionero del arte barroco, Goya recreó este evento en su pintura. Sin embargo, mientras que Rubens dotó a su titular de una cierta belleza, en la versión de Goya esta desaparece por completo.
Efectivamente, el Saturno del pintor español es retratado como un monstruo desquiciado y aterrador, como si alguien lo hubiera encontrado por casualidad en la oscuridad, con una antorcha iluminando su rostro en una cueva equivocada. En la imagen, el dios acaba de devorar la cabeza de su hijo y su boca negra se encuentra cerca de su brazo izquierdo, preparada para morder la articulación. Su cuerpo anguloso se encuentra en una posición incómoda, con las manos clavadas en la columna vertebral y la sangre de su hijo brotando por su mano, cuello y hombro. Sus ojos salvajes permanecen abiertos de par en par...
Si se observa con más detenimiento, se aprecia que la víctima no es un niño pequeño, sino que ha crecido. Resulta aterrador el hecho de que haya sido consciente de lo que estaba sucediendo e intentó resistirse. Algunos expertos incluso sugieren que el dios Saturno de Goya podría representar el miedo humano a perder el poder en su máxima expresión.
Con estos cambios e interpretaciones, Goya eleva el nivel de terror y angustia en su representación del mito de Saturno, dejando ver una visión muy diferente a la de Rubens. La influencia de este famoso pintor español en la historia del arte es innegable, y sus creaciones continúan asombrando y perturbando al público hasta el día de hoy.
Pintura mural
En este caso, se había establecido previamente que esta pintura se situaría en el muro corto opuesto de la planta baja de la Quinta del Sordo, en frente de La Leocadia. Sin embargo, Glendinning propone una nueva teoría sobre su ubicación.
Según fotografías tomadas antes de que la pintura fuera arrancada de las paredes, se observa una luz que ilumina el marco con mayor intensidad a la derecha, lo que sugiere que debía de estar situada en este lado de la habitación y, por lo tanto, enfrente de Dos viejos.
Goya plasmó en esta obra el tema mitológico de Saturno, el dios del tiempo que devoraba a sus hijos recién nacidos, hasta que su esposa logró salvar al último de ellos, Zeus. Esta pintura nos muestra el desgarrador momento en que Saturno engulle a su hijo, evidenciado por la sangre entre sus manos.
La imagen iconográfica de esta pintura recuerda a la de Rubens, "Saturno devorando a su hijo", aunque presentan diferencias significativas. Rubens sigue una tradición más respetuosa con el personaje, mientras que Goya se enfoca en su lado cruel y truculento.