Caravaggio y su obra maestra: la impactante muerte de la Virgen
La pintura Morte Della Vergine, también conocida como La Mort de la Vierge, es una obra de gran belleza del famoso artista italiano Caravaggio. Realizada en 1606 con la técnica de óleo sobre lienzo, actualmente se puede apreciar en el prestigioso Museo del Louvre en París. Esta pieza fue fundamental en el desarrollo de la escuela napolitana del Seicento, debido a su imponente forma y concepto. Además, es considerada como una de las obras más devotas del arte italiano del siglo XVII.
Análisis del cuadroeditar
La obra de arte en cuestión es un lienzo de grandes dimensiones que retrata la muerte de la Virgen María. Este tema ha sido objeto de debates y aún no ha sido resuelto por la doctrina católica. El cuadro fue pintado en una época en la que el dogma de la Asunción de María aún no había sido formalmente declarado por el papa. Aunque su asunción en cuerpo y alma es considerada un dogma, no existen pruebas documentales que respalden la muerte de la Virgen. La forma en que falleció no es un asunto establecido por la doctrina. Algunos han imaginado una dormición post mortem como un momento en el que Dios resucitó su cuerpo incorrupto y lo llevó al...
La pintura guarda cierta similitud con el Entierro de Cristo en el Vaticano en cuanto a sus dimensiones, sencillez y realismo. Su realismo es característico de la Contrarreforma.
Las figuras representadas tienen casi el tamaño real. Sin embargo, el foco de atención de la obra se centra en la figura de la Virgen María, cuya representación es sumamente cercana a la de una mujer común, sin atributos divinos, siendo el único indicio de su santidad el halo que la rodea. Por otro lado, la María de Caravaggio se encuentra sin vida, sus pies están hinchados. No hay una aparición de querubines que la lleven al cielo, como lo hizo Carracci una década antes en la Capilla Cerasi. En lugar de una asunción, la pintura representa su muerte, evidenciada por su mano señalando hacia el suelo. No se sabe si experimentó dolor en ese momento, pero queda claro que se trata de...
Historiaeditar
Una obra destacada con influencias de la Madonna con el niño y Santa Ana (Dei Palafrenieri), actualmente en la Galería Borghese, es una pieza cercana en el tiempo.Fue encargada por Laerzio Cherubini,[3] un abogado papal, para su capilla en la iglesia carmelita de Santa Maria della Scala, en el Trastevere, Roma, en 1601. Sin embargo, no se completó hasta 1605-1606.
La representación de la Virgen María generó controversia y fue rechazada por considerarla inadecuada para la parroquia. En su lugar se colocó un cuadro sobre el mismo tema realizado por Carlo Saraceni. Pero gracias a la recomendación de Pedro Pablo Rubens, quien la elogió como una de las mejores obras de Caravaggio, el cuadro fue adquirido por el duque de Mantua, Vincenzo Gonzaga, por un valor de trescientos ducados. Antes de abandonar Roma, esta obra fue exhibida en la Accademia di San Luca.
Tras pertenecer a los Gonzaga, fue adquirida por Carlos I de Inglaterra y después de ser vendida en una subasta, llegó a manos del banquero Everhard Jabach y, finalmente, en 1671, fue adquirida por el rey Luis XIV de Francia.[4]