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En los últimos tiempos, cada vez son más las personas que aspiran a retornar a sus lugares de origen. El estilo de vida caótico y ajeno que caracteriza a las ciudades ha logrado que el campo sea visto como un refugio paradisiaco, donde la monotonía no es una carga sino un beneficio. Además, la cruda realidad de la llamada "España vaciada", que es constantemente abordada por los medios, hace que mudarse a una zona rural sea una alternativa viable en caso de sentirse completamente saturado (o insolvente).

La Peral

Un hallazgo inesperado:

Situada en Somiedo, se encuentra La Peral, una aldea que parece haber quedado atrapada en el tiempo. ¿Quieres descubrir cómo era vivir en una braña, donde los vaqueiros y sus animales permanecían durante todo el año, excepto en invierno cuando bajaban a lugares más cálidos? En La Peral encontrarás las construcciones típicas y podrás ascender hasta el Mirador del Príncipe, desde donde tendrás unas vistas impresionantes y podrás acceder a varias rutas de montaña.

Cangas de Onís

En Asturias, existen tres palabras que encapsulan su rica historia y sus impresionantes paisajes: el Santuario de Covadonga, los Lagos y el Parque Nacional de los Picos de Europa. El icónico Puente Romano, adornado con la Cruz de la Victoria, es un símbolo de orgullo en esta región. La antigua Capilla de Santa Cruz presume de ser el templo cristiano más antiguo de España, mientras que la iglesia local cuenta con un majestuoso campanario de tres niveles que obliga a alzar la vista. Además, hay numerosos palacios y casonas que invitan a pasear y una gran variedad de museos y lugares dignos de su propio artículo.

En Cangas de Onís, se celebra el famoso Descenso del Sella, una festividad deportiva y juvenil muy popular. También es el lugar perfecto para degustar el queso gamonéu, considerado por muchos el mejor de la región. La historia de este queso se remonta a épocas épicas que sin duda merecen ser contadas. En la página web del ayuntamiento, es posible descargar una guía con rutas de montaña seleccionadas según el nivel de dificultad, ideal para los amantes de la naturaleza y el senderismo.

Explorando las Maravillas de San Vicente de la Barquera

Descubre la Villa Marinera más emblemática. Seguramente reconocerás su famosa ría y su icónico puente de la Maza, de los más conocidos en toda la Comunidad junto al impresionante El Soplao. Además, la vista de los Picos de Europa nevados al fondo es una postal inigualable. ¿Sabías que incluso Carlos V de Alemania y I de España pasó una noche aquí al asumir el trono? Pero antes de su llegada, hace mucho tiempo, ya existía un castillo para defenderse de piratas e invasores, así como restos romanos y los primeros pescadores que preparaban el bocarte antes de que fuera reconocido como la famosa anchoa en todo el mundo. Pocos pueblos costeros, a excepción de los del País Vasco, pueden presumir de una historia tan rica y variada...

Castro Urdiales

Castro Urdiales: una joya histórica en la costa cántabra

Situada en la parte más oriental de la costa cántabra, se encuentra Castro Urdiales, una verdadera joya histórica que merece ser visitada. Este hermoso pueblo está enclavado sobre enclaves de población prehistóricos, como la famosa Cueva de la Peña del Cuco.

Sin embargo, el atractivo turístico de Castro Urdiales no se limita a sus impresionantes yacimientos históricos. También cuenta con un impresionante patrimonio arquitectónico, entre los que destaca la Iglesia gótica de Santa María de la Asunción. Esta iglesia, construida a principios del siglo XIII, se ubica junto al imponente Castillo de Santa Ana, que alberga un faro.

Pero eso no es todo, ya que este conjunto histórico-artístico se complementa con otros monumentos, como las ruinas de la Iglesia de San Pedro del siglo XII y la ermita de Santa Ana. Sin duda, un lugar que no puede faltar en la lista de lugares que visitar en Cantabria.

Liencres

Liencres: una localidad privilegiada por su maravillosa ubicación en la Costa Quebrada, perteneciente al municipio de Piélagos. Pero, como en otros lugares cercanos como Laredo y Santoña, el turismo desenfrenado ha dejado su huella en la zona, aunque su increíble entorno lo merece todo.

Afortunadamente, en 1986, cuando la presión urbanística amenazaba con acabar con la belleza natural, se declaró Parque Natural a las dunas de Valdearenas y sus alrededores costeros en Liencres. No es de extrañar, ya que la ría de Mogro es un elemento imprescindible de la zona.

Santillana del Mar

Encabezar este listado sería casi un privilegio. Mi primera recomendación sería evitar visitarlo en agosto, cuando se llena de turistas. Las Cuevas de Altamira no son su único encanto, sino solo una pequeña parte. Aunque algunos lo tachan de "museo" demasiado "artificial", lo cierto es que su belleza es indiscutible.

Lo más destacado es la colegiata de Santa Juliana, antes Monasterio, que data del siglo XII y es un ejemplo impresionante del estilo románico. Sus calles empinadas, el Parador de Turismo y la plaza donde se alzan las torres Medino y Don Borja también llaman la atención.

Es verdad que es conocido como el pueblo de las tres mentiras. No tiene mar, no es santa y tampoco es llano, pero eso no le quita su encanto. Alrededor de la colegiata, un núcleo de población prosperó gracias a épocas de gran riqueza económica, lo cual se refleja en numerosas casonas y palacios que adornan la villa. Algunos ejemplos son las casas del Águila y la Parra (ahora sala de exposiciones), el palacio y torre de Velarde, la casa de Leonor de la Vega, y muchas otras más.

Pero la joya de la corona sin duda es la colegiata y su hermoso claustro, construidos a finales del XII y principios del XIII. Ambos son impresionantes ejemplos de la arquitectura románica. Pasear por sus calles y contemplar estos edificios es un verdadero placer para los sentidos. Ni el mar, ni la familiaridad con lo santo, ni la llanura, son necesarios para disfrutar de la belleza de este lugar.

Mogrovejo

Mogrovejo, un pueblo encantador situado en los Picos de Europa, se ha convertido en un destino muy popular en los últimos años. Aunque los aficionados a Liébana ya lo conocen desde hace décadas, su fama se ha extendido gracias a la película de la moderna Heidi.

Con una población media de 50 habitantes, Mogrovejo es un pueblecito que parece sacado de una película. De hecho, fue uno de los escenarios clave de la película, donde se situó la casa de Pedro, el fiel amigo de Heidi. También se recreó un mercado típico suizo, una oficina de correos y escenas como la llegada de la señorita Rottenmeier en su coche de época.

Además de su papel en la película de la Heidi, Mogrovejo también fue el lugar de alojamiento para el equipo de producción y para los actores durante el rodaje. Y no es de extrañar, ya que este pequeño pueblo es simplemente encantador, con sus calles empedradas, casas de piedra y su atmósfera rústica y auténtica.

Mogrovejo es, sin duda, el lugar perfecto para sumergirte en el encanto de los Picos de Europa y disfrutar de la belleza natural y la calma que ofrecen sus paisajes. Así que si estás planeando un viaje a esta zona, no dudes en añadir Mogrovejo a tu lista de visitas. ¡No te arrepentirás!

Bárcena Mayor

¡Una maravillosa oportunidad para los amantes de los pueblos de montaña! En los años 60-70, se pensaba que desaparecería, pero su destino cambió al convertirse en parte de la famosa ruta de los “foramontanos”. Sin embargo, algo mágico sucedió durante la Transición: el cineasta cántabro Mario Camus decidió rodar aquí la película "Los días del pasado", la historia de una maestra - interpretada por Marisol - enamorada de un guerrillero - encarnado por Antonio Gades - que termina huyendo a las montañas. Esta historia, sigue siendo hermosa hasta el día de hoy.

Este pintoresco pueblo - al que no se puede llegar en coche - pertenece al municipio de Los Tojos, ubicado en el corazón del valle del Saja, en las orillas del río Argoz. En 1979, fue reconocido oficialmente como conjunto histórico-artístico y se dice que es el pueblo más antiguo de Cantabria. Actualmente, es uno de los lugares más populares para visitar, después de Santillana del Mar y Cabuérniga.

La Hermida

El pueblo de Hermida, ubicado en el desfiladero más extenso de toda España con una longitud equivalente a 21 kilómetros, se encuentra en un tramo sinuoso de la carretera que conecta Unquera y Potes, la capital de Liébana, que recientemente fue renovada en el año 2020.

El núcleo urbano, en estrecha proximidad a la carretera, cuenta con un famoso balneario al otro lado del río, que fue restaurado en el año 2006. Allí, brotan las aguas termales a una temperatura de 62 grados centígrados desde mediados del siglo XIX. A pesar de haber permanecido abandonado durante varias décadas, en ese mismo año el balneario volvió a abrir sus puertas, convirtiéndose en una opción de alojamiento para los visitantes.

En este modesto pueblo, conocido por su excelente gastronomía, el desfiladero es el principal atractivo y motivo de su existencia. A mitad de camino, se encuentra la ermita románica de Santa María de Lebeña, considerada una de las joyas del románico cántabro junto con las colegiatas. Otro tesoro de la zona es el Mirador de Santa Catalina, desde donde se puede apreciar todo el desfiladero y el río Deva al fondo, en un paisaje tan inmenso que nos hace sentir como una pequeña partícula en comparación.

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