Ataques devastadores la trágica historia de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki
Casi ocho décadas han pasado desde la explosión de la primera bomba nuclear en la ciudad japonesa de Hiroshima, pero la tragedia sigue siendo parte de nuestra historia. El 6 de agosto de 1945, un impacto de 4.000 grados centígrados, equivalente a 13 toneladas de TNT, destruyó por completo la ciudad, cobrando la vida de 140.000 personas, cuyas siluetas quedaron impresas como testigos mudos de la devastación. Esta es la crónica de aquellos que perdieron la vida en aquel día fatídico, cuyas figuras fantasmales han permanecido como un recordatorio constante a través de las icónicas "sombras de Hiroshima". En este artículo, descubrirás su origen y significado.
LA BOMBA ATÓMICA
Una tecnología de gran destructividad es la bomba atómica, que opera a través del proceso de fisión nuclear. En este proceso, los núcleos de átomos pesados se separan al impactarles un neutrón, liberando una cantidad masiva de calor y energía en un instante.
Este mecanismo se produce en cadena, es decir, en bucle, hasta agotar el elemento, lo que desencadena una fuerza explosiva devastadora. Un ejemplo de esto es la bomba de Hiroshima, en la que el uranio 235 fue el núcleo afectado.
Pero la bomba atómica no solo provoca una explosión, sino también una extensa dispersión de radiación gamma de onda corta. Esta radiación tiene dos características cruciales: puede atravesar la piel y llegar a los tejidos celulares, causando graves daños e incluso la muerte, y puede viajar como energía térmica, alcanzando temperaturas extremas de hasta 5.000 ºC.
El desafío de ser visto Una batalla por la inclusión
En la región de los "downwinders" de Nuevo México, nunca se realizó un estudio oficial por parte de las autoridades para determinar la cantidad de personas afectadas por la exposición a la radiación nuclear. A pesar de la baja población en aquel entonces, el número de afectados ha crecido exponencialmente a lo largo de décadas de presencia humana en zonas altamente contaminadas.
Fue solo a finales del siglo XX que el gobierno y el Congreso de EE.UU. comenzaron a prestar atención a estos casos, cuando se confirmó que había personas que habían sufrido consecuencias a raíz del programa nuclear. Sin embargo, solo se otorgó reconocimiento y ayuda a los "downwinders" del estado vecino de Nevada, como por ejemplo a los trabajadores de la industria del uranio, quienes recibieron una compensación de más de US$2.500 millones.
Kinsella destaca que en todas estas comunidades, se ha desarrollado un patrón histórico de secretismo por parte de las autoridades, quienes han negado y minimizado los efectos de la producción y pruebas de armas nucleares. Aunque ha habido algunos casos de reconocimiento y compensación, estos parecen ser muy limitados en comparación con la magnitud de los daños causados.
La sombra del primer ataque nuclear en Hiroshima eclipsa la memoria del segundo bombardeo
Japón sigue conmocionado. Tan solo tres días han pasado desde que la primera bomba atómica de la trágica historia de las guerras estallase en Hiroshima. Pero el 9 de agosto de 1945, a las 11.02, la segunda bomba fue lanzada desde un avión estadounidense llamado B-29 Bockscar, pilotado por el general Charles W. Sweeney, en el extremo sur del país, en Nagasaki. Esta segunda bomba, hecha de plutonio y con una carga incluso mayor que la anterior, provocó la misma carga emocional que la primera, pero con un mensaje más directo al Gobierno nipón en contra del abandono del pacifismo.
Hiroshima, la primera ciudad en recibir el ataque atómico y la que sufrió una mayor cantidad de víctimas -140.000 en 1945-, ha sido el centro de atención. Nagasaki, donde se perdieron 70.000 ciudadanos, ha pasado en general más desapercibida.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, también asistió a la ceremonia en memoria de las víctimas y en demanda de paz mundial, al igual que hizo en Hiroshima el 6 de agosto. En presencia de las autoridades locales y algunos de los sobrevivientes de los bombardeos nucleares -conocidos como "hibakusha"-, reafirmó su llamado al total fin de las armas nucleares, un mensaje común en estas conmemoraciones. A diferencia de hace tres días, sí se aseguró de mencionar el respeto a los principios pacifistas, algo que omitió anteriormente y que le valió numerosas críticas.
el efecto sombra
La explosión de la bomba liberó una gran cantidad de energía radiactiva en todas direcciones, causando una devastación total en su recorrido. Al chocar con objetos, ya sean materiales o seres humanos, esta energía era absorbida inmediatamente. Si era absorbida por completo, aquellos objetos detrás del choque podían resultar indemnes, creando así un "efecto sombra".
La energía de la bomba iluminó todo lo que encontraba a su paso, dejando únicamente su color original a los objetos que estaban ocultos detrás de otros. Estas sombras, conocidas como las sombras de Hiroshima, son las marcas oscuras que quedaron impresas en las paredes y suelos de la ciudad, retratando así para siempre a sus habitantes y pequeños objetos urbanos.
Entre estos objetos podemos encontrar bancos, bocas de riego, farolas y personas. Destaca, por ejemplo, una sombra en particular: la de un ciudadano sentado en las escaleras de un banco, esperando su turno para retirar dinero. La sorprendente detonación dejó su sombra marcada en las escaleras y la pared, recordando para siempre la tragedia ocurrida.
En dirección del viento
El lugar de la prueba Trinity fue cuidadosamente seleccionado por el Proyecto Manhattan en la década de 1940 debido a su ubicación en el desierto de Nuevo México, un área despoblada y con patrones climáticos predecibles. Esto les permitió tener un mayor control sobre la explosión y sus efectos.
Sin embargo, la detonación resultó ser mucho más potente de lo esperado, generando una nube de partículas que alcanzó una altura de entre 15.000 y 21.000 metros. Según un reciente estudio publicado este mes, estas emisiones fueron detectadas a miles de kilómetros de distancia, abarcando 46 estados de EE.UU., así como el sur de Canadá y el norte de México.
La zona más afectada por la lluvia radiactiva se ubicó a 400 kilómetros de largo por 320 kilómetros de ancho al noreste del lugar de la explosión. La mayor concentración de partículas se registró en Chupadera Mesa, a sólo 48 kilómetros de distancia del sitio de la prueba.
El Legado de Alfred Nobel La Revolución de la Dinamita
En 1896, dos jóvenes ingenieros suecos recibieron una sorpresa al leer el testamento de su admirado Alfred Nobel. Este les encomendó la tarea de utilizar la mayor parte de su riqueza para crear una entidad que reconociera el progreso de la humanidad.
Siguiendo las indicaciones de su mentor, Ragnar Sohlman y Rudolf Lilljequist fundaron la Fundación Nobel , la cual otorga anualmente reconocimientos en las áreas de física, química, medicina, literatura, paz mundial y, desde 1969, economía.
Este último deseo de Nobel no fue una elección al azar, sino que estaba motivado por una contundente razón. Se dice que, en sus últimos días, Nobel estaba preocupado por la idea de que sus inventos hubieran provocado la muerte y la destrucción en el mundo.
despues de la bombA
August 9, 1945: The Second Atomic Bomb Strikes Nagasaki
Only three days after the first detonation in Hiroshima, the second bomb, Fat Man, arrived in Nagasaki. These events marked the end of Japan's role in the War, as they surrendered on September 2nd of that same year.
At that moment, the United States invaded the country. For the first time, American soldiers set foot in the destroyed cities, becoming aware of the true consequences of their actions. In the first days, it was not only soldiers who walked among the rubble. One of those who joined in was photographer Yosuke Yamahata. The artist arrived in Nagasaki on August 10, 1945, and didn't stop shooting his camera, capturing all the damage caused by the bomb in the city, and for the first time, immortalizing the unusual shadows, a living memory of the tragedy...
Over the years, weather events have erased much of those shadows, leaving only the most well defined as current testimonies. However, the images captured in 1945 by Yamahata were powerful enough to ensure humanity never forgets the catastrophe that happened on August 6th.
EL CONFLICTO
A las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, se hizo historia en la localidad de Hiroshima en Japón: la primera bomba atómica, Little Boy, fue lanzada a unos 600 metros del suelo. En un instante, la explosión arrasó con todo a su paso: muebles, edificios, animales y personas. En un radio de 1 kilómetro, 70.000 vidas desaparecieron instantáneamente debido al calor y a la radiación de la bomba, dejando solo sus sombras.
Esta fue la solución que Estados Unidos decidió tomar para poner fin a la Segunda Guerra Mundial. Aunque inicialmente la construcción de la bomba tenía como objetivo vencer a la Alemania nazi en la carrera armamentística, con su rendición el rumbo del proyecto cambió. Con cada vez más víctimas en el conflicto, los líderes estadounidenses decidieron que la detonación de la bomba sería la alternativa más limpia para poner fin a la guerra.
La razón de los estadounidenses era clara: con la bomba, el número de muertes sería menor. Es lo que se conoce como la teoría del "menor de los males". Aunque morirían muchos civiles y dos ciudades serían destruidas, afirmaban que esas muertes serían menos en comparación con las que se producirían si no se usaba la bomba y la guerra continuaba. Sin embargo, hubo muchas críticas hacia este acontecimiento y, hasta hoy, sigue siendo uno de los grandes dilemas éticos y morales de la historia.